Descripción
Broches Media Bola Dorado
Broche de media bola dorado, con broche de aguja, es utilizado en muchas de las fiestas regionales de Extremadura como parte indispensable del vestuario. Se puede combinar con gargantillas, pendientes y colgantes del mismo estilo.
Medidas: 3 cm ancho, 2’5 cm de alto.
Las joyas hechas de filigrana son una parte esencial de lo que conocemos como el aderezo cacereño; prácticamente no hay celebración popular, religiosa o profana, romería o ritual festivo en que no se haga presente la riqueza de la joyería tradicional.
Historia de la joyería en filigrana de Aderezos Tradicionales
Desde el primer tercio del siglo XIX, cientos de orives, como se llama a los orfebres en Extremadura, han contribuido al esplendor de la joyería de filigrana en nuestra provincia. Los primeros llegaron de Portugal, y trajeron su arte, su tecnología, su organización del trabajo y su repertorio de joyas, que pervive todavía hoy.
La filigrana y el granulado son técnicas de la orfebrería que llegan a Extremadura en la Segunda Edad del Hierro II, a través del contacto con el mundo tartésico, adonde las habían llevado los fenicios. Posteriormente, la filigrana pervive entre los orfebres andalusíes y hebreos, pero desaparece con la expulsión de judíos y moriscos y tardará siglos en recuperarse.
Desde finales del siglo XVIII las joyas de filigrana portuguesa causan furor entre las extremeñas, a través del contrabando y ya en las primeras décadas del siglo XIX comienzan a llegar orives portugueses que se afincan en Zarza la Mayor y posteriormente en Cáceres, Ceclavín, Plasencia, etc. A lo largo del siglo XIX, cientos de jóvenes cacereños aprenden el oficio y lo ejercen por toda la provincia, siendo bien conocidos los de pueblos como Torrejoncillo, Acehúche, Garrovillas y un largo etcétera de pueblos. Más de 400 orives han trabajado en la provincia a lo largo de los siglos XIX y XX.